miércoles, 10 de agosto de 2005

60 años

El miedo nuclear es algo muy propio de mi generación. Cuando yo era niño estaba completamente convencido de que iba a vivir el fin del mundo. Una amiga un poco más joven que yo, cuando le preguntaron qué quería ser de mayor contestó que quería ser "sobreviviente".

Hace sesenta años el poder imperial demostró con sus nuevas bombas que ya podía acabar con toda la humanidad inaugurando así una nueva era de terror. Es el estado el que inventó lo de utilizar el miedo para su propaganda, los vencedores de una guerra mundial demostraron que no importaba el número de humanos sacrificados con tal de que quedara clara su lección: frente al poder sólo se puede sobrevivir. Pocas semanas después nació la ONU, esa farsa que hace como de poli bueno. Ya estaba presentado el "nuevo-viejo orden mundial". Y no hay culpables, no hay nadie en la cárcel, nadie acusado de genocidio por bombardear civiles y asesinar a cientos de miles de personas. Todavía dicen en los telediarios esa coletilla de "sirvió para acabar con la II Guerra Mundial y evitó muertes". Qué inmoralidad, ¿cómo pueden decir eso y luego quedarse tan tranquilos? ¿no es escandaloso eso de justificar la muerte de cientos de miles de inocentes?
Y ni siquiera es cierto que esa infamia (eso sí que es una infamia) evitara nada, no fue un martirio necesario para acabar con una guerra. Fue un experimento, fue el nacimiento del actual complejo militar-científico-industrial (ese instrumento que ahora funciona a toda marcha) fue una demostración de poder, fue terrorismo.

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